Yo le dije ponete Aniceto por si soca, y ya tenés un nombre…" (Palabras del Chele Ávila atribuyéndose el haber bautizado a Don Carlitos como “Aniceto Porsisoca

En este mes, nuestro orgullo santaneco cumpliría 86 años... Nos dijo adiós hace 20 años y medio, en Junio de 1993. En una hoja de vida escrita con su puño y letra se lee: “Nací en la ciudad de Santa Ana –Barrio Santa Lucía– el 24 de febrero de 1928. (Soy 22 años mayor que la cerveza Pílsener)”. Más abajo describe que era hijo de Francisco Álvarez y Dionisia Pineda (la famosa Mamá Nicha de Aniceto) “Mi padre falleció –irónicamente– a las 11:45 p.m. del 31 de diciembre de 1944. Había Ley Marcial y no pudimos hacer nada ni siquiera con los vecinos del mesón El Bosque, donde habitábamos siete personas en cada habitación. Recuerdo con gratitud que el dueño del mesón, a partir de la muerte de mi padre, durante un año no nos cobró la renta”. Ese fin de año Carlos Álvarez, el mayor de siete hermanos, tenía 16 años. "Yo le dije ponete Aniceto por si soca, y ya tenés un nombre…" (Palabras del Chele Ávila atribuyéndose el haber bautizado a Don Carlitos como “Aniceto Porsisoca” otras fuentes mencionan a Don Paco Medina Funes) “Yo te lo dije Chele”, “Esto no lo venden en la tienda de la esquina”, “el físico me compromete” y “uno de cipote es tonto”… eran algunas de las expresiones que usaba Aniceto Porsisoca. Ese gran cómico de la radio y la televisión nacional de quien muchos ya casi no se acuerdan. “Carlos Álvarez Pineda, nació en la Ciudad de Santa Ana, Departamento del mismo nombre, el 24 de febrero de 1928, murió el 9 de junio de 1991, en el Hospital Médico Quirúrgico del ISSS San Salvador. Conocido popularmente como Aniceto Porsisoca. Fue un talentoso actor, locutor humorístico, productor de radio y televisión. Graduado de Maestro de Instrucción Pública (1947), años después viajó a Estados Unidos de Norte América donde obtuvo el título de Licenciado en Relaciones Públicas (1960). Ejerció el magisterio, siendo profesor en la Ciudad de los Niños, Santa Ana (1954) y en las empresas Lido S.A. se desempeñó como Jefe de Relaciones Públicas también coordinó publicidad para Industrias La Constancia S.A., Cigarrería Morazán y fue Coordinador de Espectáculos en la Feria Internacional de El Salvador, hoy CIFCO. Recordado con cariño por su maestría humorística y simpatía ante el público, fue uno de los mejores amigos de mi padre Pánfilo Apurascachas, con quien muchos veían rivalidad, que si existió fue de la buena y con un único afán… a ver quién de los dos hacía reír más a la gente. Aniceto hizo reír a chicos, viejos y grandes (Desde el abuelo hasta el nieto gozan con Aniceto). Fue actor y productor de varias radios y canales de TV, entre ellos: Radio Cadena YSU (1957), Canal 4 (1950-1966), Canal 6 (1966-1967) y Canal 2 (1967- 1971), período en el que popularizó el programa “Oficina Para Todo” junto a grandes del arte nacional como Paco Loucel (Paco Muchaplata) , mi madre María Teresa Moreira, Doña Terésfora (Doña Tere Muchaplata), Edgardo Castellanos (Pepito), su carnal Don Paco Medina Funes y eventualmente las apariciones de Mauricio Bojórquez como un actor de apoyo. Es de destacar que a solicitud de residentes salvadoreños en USA viajó por varios Estados , donde se realizó un Carnaval de San Miguel (1986), su visita se extendió a Canadá y Australia , lugares donde recibió homenajes y condecoraciones. La Radio YSU le celebró sus 41 años al servicio del pueblo salvadoreño (1987); la Asamblea Legislativa lo declaró Artista Sobresaliente de El Salvador en 1989 y fue condecorado por las Naciones Unidas junto as “compadre” Francisco Medina Funes, en Washington D.C. el 9 de diciembre de 1991; para honrar su memoria el 29 de octubre de 2000, en el Parque Balboa se realizó el Primer Festival de Bandas de Paz Carlos Álvarez Pineda. Su obra escrita: Revista La Guillotina y Las Puesiyas de Aniceto.” Tomado de Martínez P. O y Sánchez M.E., El Salvador Diccionario (Personajes, hechos históricos, geografía e instituciones) 3ª Ed. San Salvador. Editorial Nuevo Enfoque, 2005 Un accidente de automóvil lo dejó semi paralizado de una pierna y su deceso fue producto de un cáncer de garganta dada su alta dependencia del tabaco. Don Carlos, a quien conocí desde niño, tenía la humildad de los grandes, no hacía diferencia entre actores de teatro, cine o TV y humildes payasitos de los circos pobres donde frecuentemente lo invitaban. Incorregible farandulero, caravanero y cómico empedernido recorrió hasta el ultimo pueblo de El Salvador y el mundo para llevar su “Marcial Figura” y su desdentada sonrisa hasta donde hubiera un salvadoreño con ganas de divertirse un buen rato con sus ocurrencias. Sus últimos trabajos fueron “Las Puntadas de Aniceto” en Canal 6 y luego “Todo queda en familia”

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